Un video que circula por redes ha encendido una oleada de rechazo y preocupación: miembros del rookie CORTIS fueron grabados por fans mientras se cambiaban de ropa en una zona privada. Lo grave del caso es que entre los integrantes aparece un menor de edad, lo que ha elevado la polémica a niveles de indignación pública y debates sobre límites y seguridad.
Las imágenes, compartidas por cuentas de fans y reubicadas en comunidades online, muestran a seguidoras intentando tomar videos y fotos sin el consentimiento de los artistas mientras se estaban cambiando de ropa en una zona privada del evento.
La reacción fue inmediata: miles de usuarios denunciaron la invasión de privacidad y exigieron acciones contundentes. Comentarios de rechazo, pedidos de sanción a las cuentas que difundieron el material y llamados a HYBE para proteger a sus artistas se multiplicaron por horas.
Este episodio revela dos problemas estructurales: por un lado, la cultura de la “grabación” de idols en momentos privados; por otro, la vulnerabilidad especial de los artistas jóvenes frente a fans que normalizan prácticas invasivas. La comunidad reclamó medidas concretas: desde denuncias en plataformas hasta protocolos de seguridad reforzados por parte de la agencia y la intervención de las autoridades si fuese necesario.
Importante: proteger a menores y a cualquier artista en situaciones de privacidad no es negociable. La música y la admiración no justifican la vulneración de derechos básicos. Este caso con CORTIS sirve como llamado urgente: la industria, las plataformas y los fandoms deben actuar para que la cultura del respeto reemplace a la del abuso.

