La batalla por el Hot 100 de Estados Unidos vive un momento fascinante: Sabrina Carpenter irrumpe con fuerza y coloca su nuevo single “Tears” entre los primeros puestos. Un debut que confirma la solidez de su nueva era musical, mientras Huntrix, grupo parte de la banda sonora de KPop Demon Hunters, sigue manteniéndose en un dominio sostenido en la cima de los charts.

No es solo una pelea de ventas: es la demostración de cómo distintos universos, el mainstream occidental y el fenómeno audiovisual kpop coexisten y se potencian. Sabrina, con una campaña promocional impecable y presentaciones que conectaron con el público, exhibe una madurez artística que la coloca como una de las grandes del pop contemporáneo.

Sus canciones se traducen en streams masivos, pedidas en radio y una base de fans que la sigue con fidelidad. Tears confirma que Sabrina Carpenter no es una moda pasajera: es una fuerza comercial y creativa.

Del otro lado, Huntrix no es un artista individual sino un fenómeno transmedia: su música, ligada a una película viral, logró instalar varios tracks en las listas globales y mantener la atención del público por semanas.

La mezcla entre narrativa audiovisual, fandom y marketing musical ha demostrado ser una fórmula imbatible para las plataformas de streaming. Más allá del “quién gana”, lo relevante es el paisaje que queda: los charts ya no responden solo a ventas o a radio, sino a viralidad, fandoms y experiencias (conciertos, proyecciones, activaciones).

Y en ese ecosistema, tanto Sabrina Carpenter como Huntrix dominan: cada una a su manera, cada una con su público, y ambas obligando a la industria a repensar cómo se mide el éxito musical en 2025.