Iggy Azalea aparece en la nueva portada de la revista GQ, además de una buena sesión fotográfica, también dio una entrevista para este medio de comunicación. La conversación giró en torno a su posición en la industria de la música, específicamente entre los exponentes del hip-hop.
El 2014 fue el año de la rapera australiana, su música sonaba en todas partes, no había artista que no quisiera colaborar con ella, ni hablar de las constantes invitaciones a premios y entrevistas. Sin duda alguna “Fancy” le cambió la vida, lastimosamente esta buena racha duró sólo un año.
A partir del año siguiente su carrera se fue a pique: fracasos comerciales, los medios se pusieron en su contra y una gira mundial cancelada debido a la nula demanda de boletos.
Entrevistador: Iggy Azalea vendía más canciones hip-hop que Kendrick Lamar, Kanye West y Jay Z… Te preguntas si tal vez te sorprenda que la gente no…
Iggy: ¿Recuerdas eso? ¿Fue reconocido alguna vez? ¿Entonces no? ¿Ahora no? ¿Que si eso me sorprende? No, no me sorprende. A la gente le gusta fingir que nunca existí. No creo que quisieran que tuviera éxito, para empezar [risas].
Entrevistador: ¿por qué?
Iggy: Porque soy una mujer blanca de Australia.
Se pensaba que su último single, “Savior“, rompería la mala racha por la que está atravesando, pero no corrió con la misma suerte de “Black Widow”, porque la canción no ha figurado en los charts y apenas supera los 10 millones de visitas en YouTube.