Meghan Markle reapareció en los Juegos Invictus con el fin de acompañar al príncipe Harry, creador del evento con la finalidad de ayudar a las personas que han sufrido los efectos de haber formado parte de las fuerzas armadas.
Con su discurso inicial la duquesa aseveró sentirse muy orgullosa de formar parte de esa familia con todas las personas que estaban reunidas en el lugar; sin embargo, los profesionales en moda y las mujeres expertas en estilo se centraron básicamente en el look minimalista de la duquesa.
Con un vestido negro más abajo de las rodillas y unos accesorios sencillos y atemporales, la duquesa marcó un regreso único al lado de su esposo, luego de haber sufrido varios rumores de una supuesta separación.
Y es que desde que la duquesa comenzó a ser popular cuando decidió ser miembro de la realeza, su personalidad y su armario estaban caracterizados por la elegancia, la sobriedad y las piezas llamativas, de manera que claramente con esta nueva aparición ha plasmado un estilo más simple.

