Este fin de semana la cantante estadounidense Taylor Swift volvió a llevarse uno de los más grandes sustos de su vida, y es algo que tristemente se ha convertido en habitual para la estrella, debido a los acosadores que se han obsesionado con ella y hacen lo posible por atacarla. El pasado sábado la policía arrestó a un hombre que lleva por nombre Julius Sandrock, que fue descubierto mientras intentaba entrar por la fuerza en la mansión de la cantante en Beverly Hills. Se cree que el individuo había conducido cerca de 1.500 kilómetros desde su pueblo de Colorado hasta Los Ángeles, para según sus propias palabras, «hacerle una visita» a la estrella.

La policía logró detener su auto y se procedió al registro de su vehículo, donde las autoridades encontraron varios tipos de munición, una funda de pistola vacía, guantes de látex y otro par oscuro, un cuchillo, varias mascarillas -similares a las utilizadas por pintores- y una cuerda. Por suerte, la artista no se encontraba dentro de su casa en aquel momento. En el momento de su detención, Sandrock, quien era posesor de rifles, llevaba encima distintos medicamentos, incluyendo opiáceos, oxicodona y antidepresivos.

Tras llevar a cabo las pertinentes investigaciones, la policía ha podido descubrir que el sujeto se encontraba en tratamiento médico y psicológico. Además, había estado siguiendo a la cantante por varios estados del país. Acto seguido fue a las dependencias policiales donde pasó la noche con una fianza de 150 mil dólares y salió la mañana siguiente.

Este nuevo episodio ha tenido lugar apenas unas semanas después de otro acosador de la intérprete, Frank Andrew Hooper, fuera condenado a pasar diez años en libertad bajo vigilancia como consecuencia de la violación, en repetidas ocasiones, de la orden de alejamiento que le fue impuesta hace dos años. Previamente también había enviado mensajes donde se atrevió a amenazar tanto a Taylor como a su familia, acusándoles a todos de ser una especie de enviados del diablo y de merecer una muerte que se encargaría de ejecutar él mismo.