Chris Scraver, recluta que terminó con la vida del Jeffrey Dahmer, o conocido como el “carnicero de Milwaukee”, concedió una entrevista al medio CNN, donde confesó haber estado cansado de las actitudes psicópatas de Dahmer en la cárcel en dónde estaban.
Actualmente, no hay algo de lo que se hable más que de la serie hecha por Netflix dónde retrata las víctimas de los atroces asesinatos hechos por el asesino en serie Jeffrey Dahmer.
La serie ha roto récords de audiencia en todo el mundo, por lo que diversos internatuas han buscado nuevas anécdotas ocurridas en la vida real de este personaje.
Aunque la ficción pretende basarse en los hechos de la realidad, muchas personas se han enfocado en buscar entrevistas verdaderas de los personajes, como la que salió a la luz del recluta Chris Scarver.
En 1992, Dahmer recibió una condena de 941 años de cárcel por sus horribles crímenes, y además fue sentenciado a una vida de prisión sin interacción con otros reclusos. Pero, esta cláusula finalmente no se cumplió por razones desconocidas.
Chris Scarver, otro prisionero que cumplía una condena también por asesinato, siempre se vió muy molesto e incómodo con la presencia de Jeffrey en la carcel, ya que según él, “cruzaba la línea con otras personas que convivían ahí».
«Se pasó de la raya con algunas personas: presos, personal penitenciario. Algunas personas que están en prisión están arrepentidas, pero él no era una de ellas”.
Según contó el propio Chris en una entrevista con CNN efectuada en el año 2015, hubo una gota que derramó el vaso para él: La risa de Dahmer.
El 28 de noviembre de 1994, Scarver, Jefrey y Jesse Anderson, estaban limpiando un baño cuando fueron dejados sin supervisión. Tras girar hacia atrás luego de que le tocaran el hombro, Chris se percató que sus otros dos compañeros se estaban riendo de él.
Luego de eso, Scarver tomó un tubo de metal y golpeó a Dahmer y a Anderson. El primero murió el mismo día debido a las lesiones, el segundo, dos días después.
De esta manera, Chris confirmó que asesinó a Jeffrey Dahmer por la absurda risa que tenía, la cuál era completamente «insoportable de escuchar».